M







M

En tu voz
estaba
toda la experiencia
toda la vida vista
y probada,
la redondez otorgada
por todos los golpes.

Suavemente te movías.
Felino aun eras.
Felino y carnal
carnal y tierno
-sorprendentemente tierno-.

“Esta luz nunca se apagara”

No,
aunque:
aun nos queda baile,
aun nos quedan olas
-y miradas lánguidas
que desarman-.

Aun me tienes.
Aun te tengo.


Raúl Sánchez Alegría 19 de noviembre de 2017





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