CÁÑAMO







CÁÑAMO


Vivía en una bañera
esperando la estocada
de los narvales,
abrazado al recuerdo
de un gol de arena,
anhelando la áurea fusión
de un beso.

Vivía leyendo posos de café,
escrutando ojos de aguja
que no daban puntada sin hilo,
diluyendo certezas,
pespunteando húmedos sueños.

Abrazado a un verso,
acariciado por una hoz,
sonreía
-          antes de cotidianamente morir-
a tan hermosos recuerdos.


Raúl Sánchez Alegría 24 de febrero de 2019

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