NÁYADE


NÁYADE


Ella mira
con la seguridad inocente
de una heroína
de Enid Blyton.

No es un ángel.
No es una mujer.
No es una niña, es….
Disciplinada.
Organizada.
Precisa.
Preciosa.
Es.

Mira y taladra. Llega al tuétano.
Llega al corazón. Lo contempla.
Sonríe. No juzga, asimila.

Ella, por encima de las aguas.
Ella, por encima del cansancio.
Ella, más allá del juego.

La vida podría ser tan simple
como una clase de “aqua-gym”.
Pero entonces ella….
no existiría. 

Raúl Sánchez Alegría 30 de octubre de 2019

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