EL ULTIMO TRONO
EL ÚLTIMO TRONO
No me habléis de esperanza.
No me consoléis con la sabiduría
del que nada pierde.
En el estómago,
las mariposas
se volvieron gusanos voraces.
No.
No hay paz.
No.
No hay olvido.
El llanto mudó su forma.
Es estiaje.
Estiaje que seca la razón
que maldice sin esperanza.
En el último trono
que Ella tuvo
me rompo en arcadas.
Diariamente,
muerto el sol,
hasta la hiel,
vomito.
Raúl Sánchez Alegría 28 de febrero de 2018.
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