Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2020

EN OCASIONES, FANTASEO.

Imagen
EN OCASIONES, FANTASEO.   En ocasiones fantaseo  con que un rey me lee allá en la lejanía.   Imagino  a Su Majestad abriendo tímidamente su computadora portátil, al fondo un horizonte plano, planísimo, sin ningún vértice, un blanco azulado ardiente frente a sus ojos, sus ojos que se protegen de la nada inanimada a través de otra azul pantalla, que poco a poco se puebla de iconos, de posibilidades, y (así por las buenas, por azar, por capricho, por nota casual de burro flautista) en una de esas, teclea la palabra “callejón” – pues es un callejón sin salida en el que nuestro buen monarca se encuentra- y asociada a esa palabra, así de golpe y porrazo, aparecen otras “pulgas”, “milagros”, “oscuro” , etc.. y al perro de él le hace gracia la palabra “pulgas” –quizá le recuerde un polvo furtivo en un pajar de una finca segoviana en una noche de montería y vino, quizá divertido lo asocie al humor de alguien condenado a convivir con él, quizá….-  y se adentra en ese mi callejón y (milagrosament

GÉNESIS

Imagen
  GÉNESIS No he perdido la capacidad de asombrarme. Aún el cielo puede hurtarme una sonrisa. Aún puedo suspirar satisfecho tras devorar un plato   de calamares a la romana.   Aún un beso puede hacerme temblar, aún puedo volar por un beso.   No he perdido la capacidad de sentir, no he perdido la noción de lo importante que es perder - como lo estoy haciendo contigo ahora- el tiempo.   Y me alegras. Y te alegro. Y, entre tanta oscuridad, nuestra alegría es un sol renaciendo.   Raúl Sánchez Alegría 28 de septiembre de 2020

NADA

Imagen
  NADA                   Ella quedó anclada en la dialéctica. En el lenguaje racional y revolucionario digerido, a toda prisa, en el camino que iba del colegio de monjas al colegio mayor, del salón de actos al salón de la Casa del Pueblo, del pueblo que   siempre odió, del pueblo que quiso huir –inútilmente- pues el pueblo - , como   la ciudad de Kavafis, en ella habitaba.                 Ella predicaba, pero no daba ejemplo. Nunca fue madre proletaria, nunca fue proletaria, fue jeja de negociado, por méritos (¿cuáles?) no por oposición, aunque en la oposición, sin responsabilidad alguna, siempre estaba. También fue compañera de alguien, al que eternamente calentó la cabeza y alguna vez permitió que –solo- le calentase la cama.   Ahora, nostálgica contempla la aurora de un nuevo mundo que no comprende, tampoco comprendió el anterior, ahora, como entonces, no entendió nada.                                                                       Raúl Sánchez Alegría 27 de septiem

MUGRE-MUCHEMUGRE-OSCURIDAD

Imagen
  MUGRE- MUCHEMUGRE-OSCURIDAD                      Cuando era estudiante, descubrí el olor a fritanga.  Un olor denso, pesado, que se adhería a la ropa y al pelo, que no te abandonaba ni a sol ni a sombra, producto de comidas-basura realizadas deprisa y corriendo, entre clase y clase. Ese olor envolvente, nocivo, procedía de la cocina del comedor de la universidad o del piso de estudiantes mal ventilado, no fuera que la inspiración o el calor humano  escapasen.                  Posteriormente descubrí otras mugres: el olor a tabaco en el pelo, los pegajosos olores a taladrina, a basura, a lodos de rectificadora….Todos ellos desaparecían con agua y jabón, o con un cambio oportuno de ropa u oficio.                        Hoy me acosa otro tipo de mugre.  Una mugre más insidiosa, más perfecta, más constante: la mugre del pensamiento de rebaño. Mugre violenta, estúpida. Mugiente muchemugre con hedor a deshumanización galopante.                          Todos somos números.  Todos som

EN EL ALFEIZAR, GRUÑE TOM

Imagen
  EN EL ALFEIZAR, GRUÑE TOM   Si me escuchas aullar es porque habitas el desierto.   Si escuchas mis alaridos es porque estas desterrada como yo.   La cabeza no te duele: te duele el alma, te escuece el corazón.   Si caminas conmigo en este desierto, si tus oídos sangran escuchando mi dolor…   te duele mi existencia: te duelo yo.   Raúl Sánchez Alegría 6 de septiembre de 2020  

DOWN BY LAW

Imagen
  DOWN BY LAW Hemos vuelto a caminar sobre el alambre.   Sonríes, confías en tu equilibrio, confías en la tensión del cable, en la bondad de las leyes de la gravedad, y de dios -si fuese necesario aún en este instante-.   Los pies, anestesiados por una vida de peligrosos paseos, firmes caminan, no duelen. No dudas avanzar y yo, ya, en esta otra orilla te miro.   Sonrío y – acto seguido- me ahogo: el sol te quiso demasiado. No vuelas… Dios no te ayuda y la gravedad es inapelable.   Raúl Sánchez Alegría 1 de septiembre de 2020