EN OCASIONES, FANTASEO. En ocasiones fantaseo con que un rey me lee allá en la lejanía. Imagino a Su Majestad abriendo tímidamente su computadora portátil, al fondo un horizonte plano, planísimo, sin ningún vértice, un blanco azulado ardiente frente a sus ojos, sus ojos que se protegen de la nada inanimada a través de otra azul pantalla, que poco a poco se puebla de iconos, de posibilidades, y (así por las buenas, por azar, por capricho, por nota casual de burro flautista) en una de esas, teclea la palabra “callejón” – pues es un callejón sin salida en el que nuestro buen monarca se encuentra- y asociada a esa palabra, así de golpe y porrazo, aparecen otras “pulgas”, “milagros”, “oscuro” , etc.. y al perro de él le hace gracia la palabra “pulgas” –quizá le recuerde un polvo furtivo en un pajar de una finca segoviana en una noche de montería y vino, quizá divertido lo asocie al humor de alguien condenado a convivir con él, quizá….- y se adentra en ese mi c...