CUADERNO DE ESTÍO: ENTRADA PRIMERA , AGRADECIMIENTO.


CUADERNO DE ESTÍO:
ENTRADA PRIMERA, AGRADECIMIENTO

I
A las mujeres que amé.
A las mujeres que me dieron su amor.
A las que confiaron en mí.
A las que vieron dentro de mí.
A las mujeres que hicieron de mí persona.
A las que me permitieron ser
hombre, fuego, lluvia, animal, niño.
A todas que están.
A todas que se fueron.
A las que continúan conmigo,
a las que me permitieron caminar
a su lado…
¡GRACIAS!
Os estoy agradecido.










II
¿Y por qué agradecer sólo a las mujeres?
¿Y por qué no agradecértelo a ti
padre, hermano, amigo,
compañero, hombre anónimo
que el azar cruzó conmigo?

La razón es vana
cuando se habla de sentimientos.
Hoy deseo agradecerte mujer
la vida,
el ansia, la fuerza y el sueño,
la razón (sí, la razón) y la furia
para seguir viviendo
y soñar
que  aún el viaje
no del todo está perdido.






  
III
El primer barco fue tu vientre.
El primer nutriente
fue tu sangre,
tu beso y caricia
el primer cariño.

Aún hay mucho más que agradecerte
Aún mucho más
pero es secreto nuestro:
tuyo y mío.


  

IV
En la luna
mujeres,
no había,
 “Seré astronauta”
el niño pensaba.


En la luna,
 él,
habitaba.
Y más allá
los sueños y la vida,
que a sideral distancia
de él,
brillaban.



V
La fuente fue madrina
de nuestro primer beso.
La fuente enmudeció
cuando de la luna
me retornabas.


VI
“Búscate un montañero”
Y encontraste un amante.
“Búscate alguien que cocinar sepa”
y un soldadito te ayudó
a romper el escaparate.

Nos escapamos.
Y seguimos huyendo.
Nos escapamos…
Sólo la muerte  nos dio alcance.





VII
No evolucioné.
No llegué a tiempo.
Llegué demasiado tarde.
No supe contar un chiste.
No era ya tan interesante.
Estaba demasiado lejos.
Estaba demasiado cerca.
Con las cosas de comer no se juega.
Con el amor y la música
a otra parte.



VIII
Compañera:
mejor regalo que tú
no tuve.
Compañera,
mejor obra que la que edificamos
no habrá.

Fue un sol efímero.
Es un arroyo puro.

Somos tres compases
huérfanos de melodía,
somos tres seres
triturados por la vida:
eternidad.



IX
Tu nombre era una estrella.
Tu sonrisa sabiduría arcana.
Todo el calor, toda la belleza,
toda la humanidad
en tus ojos cabía.

Tanto, tanto insultaste al mundo
que de sí  
te tuvo que arrancar.


X
Hoy eres un enigma.
Hoy creces.
Hoy a la vida nos aferras.
Nada sin ti habrá.
Eres nuestra unión al mundo.
Eres nuestra esperanza, nuestra humanidad.



XI

A las mujeres que amé.
A las mujeres que sentí.
A las que sembraron en mí.
A las que rompieron mis diques.
A las que se fueron, a las que se quedaron…
A las que acompaño y me acompañan.
A las que debo la vida:
¡GRACIAS!

No caben en palabras vuestras acciones.
Aunque duela,
la vida,
por vosotras,
 merece ser vivida.



Raúl Sánchez Alegría 15 de agosto de 2019

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