ECONOMÍA

ECONOMÍA Y de repente me asalta la pregunta: ¿Con quién quisiera hablar hoy? La respuesta fácil es decir: “contigo”. Conmigo no dialogo hace tiempo. Contigo me evado, realmente no converso, no. Y de repente el vacío. Y de repente la soledad y el miedo. El vértigo, la certeza de la incomunicación. Para que haya conversación debe haber mensaje, interlocutores y medio. Ahora sólo encuentro silencio. “Calla no hables ahora. Calla: apura el silencio. Apura, apura, apura…” Y de repente el vacío, la soledad y la certeza de nuestra incomunicación. Raúl Sánchez Alegría 30 de marzo de 2020