CETÁCEO

 CETÁCEO



Estaba en ninguna parte.


Ni las flores, ni las piedras,

ni las sonrisas, ni las ausencias,

ni el dulce, ni el picante

hacían reaccionar su cabeza:

había mucha niebla,

había un sol 

demasiado radiante.


En todos los sitios, en ninguna parte.


Miraba y no encontraba derrota.

Sólo estallidos de fiera tristeza.


Derrotado, 

en un adoquín 

se acurrucó,

aguardando que la murria 

escampase:

él, que era vencejo plomizo,

él, que sentía bromuro 

en la sangre.


Varado, encallado, mohino.

De espaldas al mar.

Soportando el malevaje. 


Raúl Sánchez Alegría, 

en Salinillas de Buradón, 17 de agosto 2021.





Comentarios

Entradas populares de este blog

DE CAJÓN, SE ME VA EL BOLO

RONDÓ OTOÑAL

SUTIL SANADORA