DOS POEMAS DE MARZO

 



EL AGUA, MOJA.

 

Amanecí con miedo

a que lloviera.

 

Desayuné aterrado

por los pronósticos

del tiempo.

 

Caminé temeroso

mirando de refilón

al cielo.

 

Era azul.

No había nubes.

 

Los pájaros cantaban.

Los niños reían.

En los bancos del parque

los viejos

se amaban.

 

Llegó la tarde…

Y aún

no llovía.

 

“Terrible presagio esta calma extraña”

pensé.

 

Terrible, inhumana

era

mi zozobra infinita.

 

Llegó el ocaso.

Durmió el sol.

Oronda la luna se pavoneó

en el firmamento

y … ¡Maldición!

¡No llovía!

 

Por similares sandeces,

algunos pierden

la oportunidad

de bailar bajo un aguacero,

de mojarse y recuperar

la alegría.

 

 


CUIDADO CON ÉL

 

Ni pan, ni bozal.

Ni palo, ni correa.

Ni caricias, ni piedras.

No soy noble, ni leal.

No estoy rabioso, ni soy fiero.

No.

Ni tuyo, ni de nadie.

Soy un hombre.

No soy un perro.



Raúl Sánchez Alegría 7 de marzo de 2022

 

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