RONDÓ OTOÑAL Me arrulla una guitarra. Las carreteras serpenteantes, entre viñedos y alcores, quedaron atrás. El cielo inmenso, azul, frío es remoto-próximo recuerdo. Ahora el zumbido de un sintetizador desatado, el golpeteo de una caja de ritmos, la voz de un barítono otoñal liberan mi espíritu masacrado. Los hospitales canibalizados, las periferias del “Estado de Bienestar “, los mercaderes del dolor, el miedo… arruinan toda esperanza de vida plena. Rondó horizontal: camastros de soledad. Camas frías de geriátrico. Camillas eficaces de urgencias. Catres mecánicos de hospital. ¿Esa era la meta? La rueda sigue girando. Cunas, camas, camillas, catres, cenizas y vuelta a empezar. R.S.A 9/12/23
Me encanta ese abandono poeta.
ResponderEliminarDoris me encanta encontrarme contigo en este callejón .
EliminarEse aparentemente inocente paréntesis es la madre del cordero. El interpelado sucumbe a la sugestión hipnótica, o puede no hacerlo. Según las dimensiones del socavón de la memoria, según afecte a qué facultades de cuerpo y alma.
ResponderEliminarNunca el prejuicio.
Txisko como siempre perspicaz. Un abrazo fuerte Compañero.
EliminarEl comentario de arriba es mío
ResponderEliminartx1sk0 mandomán xego
Un error en la conexión con el servidor me ha dejado como desconocido.
A veces las relaciones no son correspondidas como nosotros esperamos, te ha quedado brutal.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Raúl.